Cuando tengas un mal día, y las preocupaciones te metan en su bucle, es fundamental que salgas de esa espiral y focalices toda tu atención en uno de los recuerdos estupendos de tu lista.
El pensamiento es un momento de creación, por ello, los círculos viciosos de pensamientos negativos te están conduciendo a que evoques sensaciones que no son agradables y ese va a ser el cristal con el que vas a interpretar los instantes siguientes.
Por eso es esencial que pares, que conectes con algo que te haga sentir bien, y que te lleve a modificar el filtro de tu percepción. Si el recuerdo que has elegido no es lo suficientemente sensorial, prueba con otro.
Una posibilidad es que lo representes con imágenes, pero también puedes hacerlo con aromas y músicas. Estas son las bases del neuromarketing y puedes utilizarlos a coste cero para obtener el estado de ánimo que necesitas para gestionar tu día a día.
Cuando las emociones negativas nos afectan también a nivel fisiológico, entonces debemos volver a tomar el control de nuestro cuerpo, y acariciar a nuestra mascota puede reconducir nuestra respiración, la frecuencia cardíaca, e incluso la transpiración cutánea. Si nuestra mascota está lejos, es posible evocar esas sensaciones positivas. Una buena medida es haberlo asociado pon música que llevemos descargada en el móvil, así, incluso sin cobertura, la podremos escuchar y de este modo evocar bienestar y tranquilidad.
La clave es que los pensamientos positivos repercuten en nuestro comportamiento y éste incluye sobre cómo los demás nos tratan, por consiguiente, si reconducimos adecuadamente lo que pensamos, los demás contribuirán a conservar y perpetuar un estado de ánimo que nos faciliten nuestras experiencias diarias.
Por lo tanto, está a nuestro alcance decidir qué días quieres vivir, qué vas a transmitir y por consiguiente, qué vas a recibir. Tenemos la capacidad de anticipar, profetizar anticipadamente, lo que nuestro entorno nos va a otorgar.
