a percepción de felicidad es algo que podemos mejorar con entrenamiento, con herramientas que puedes aprender a aplicar a tu cerebro para cambiar los circuitos neuronales gracias a la neuroplasticidad cerebral. Pero no va a ser tan fácil, el cerebro procura funcionar con economía de esfuerzo, automatizar para gastar menos energía. Si conocemos el funcionamiento del cerebro, podremos elegir cuándo decidimos ir en piloto automático por comodidad, pero también cuándo queremos modificar de manera proactiva nuestras conexiones neuronales, se trata de generar las sinapsis que estén alineadas a mis objetivos de vida, que me ayuden a conseguir lo que me he propuesto.

La neurogénesis se descubrió hace unas pocas décadas, y nos dice que en el hipocampo se generan nuevas neuronas que tardan de 4 a 8 semanas en fijarse como nuevas conexiones que reflejan nuevos hábitos de comportamiento.  Por ello, si pasamos 7 días sin entrenar los nuevos hábitos, las neuronas nuevas se van a vincular a los patrones antiguos, y volveremos a los esquemas previos a nuestros intentos de cambio.

Podemos aprender la base atención consciente, enfoque consciente y concentración consciente. Evitar pensamientos disruptivos es la clave para gestionar nuestra voluntad. Y debemos aprender a establecer nuestras metas y también a aproximarnos a ellos poniéndonos los puentes con los que alcanzarlos. Ocurre que hay que saber definir qué queremos, hay que saber pedir para que nuestro observador interior te ayude a conseguir tus propósitos. Estar aquí y ahora, disfrutar del presente, aprendido el pasado y focalizando qué queremos para nuestro futuro. Esto  lo podemos conseguir con un entrenamiento continuado, basado en la práctica de herramientas para potenciar nuestra neuroplasticidad.

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