Los grandes maestros siempre lo han dicho: La felicidad se encuentra en el punto medio, en ese equilibrio tan difícil de conseguir de nuestro interior. Digo difícil porque para llegar a él sólo es posible mediante el Amor a uno mismo… y eso no es algo que nos han enseñado en la escuela y en muchas ocasiones tampoco en la familia.

Tanto la mujer como el hombre tenemos dos partes bien diferenciadas: El lado masculino que viene a ser nuestra parte racional, activa, resolutiva, práctica, EL DAR, y el lado femenino que viene a ser nuestras emociones, la intuición, la sensibilidad, la creatividad, EL RECIBIR. Equilibrar estar dos partes es la clave fundamental para ser felices en nuestras vidas. DAR=RECIBIR.

¿Cómo equilibramos estas dos partes? ACEPTANDOLAS CON AMOR y reconociendo todo lo positivo que estas partes hacen por nosotros.

Normalmente a los hombres nos han educado desde nuestro lado masculino, haciéndonos sentir poco hombres si demostramos nuestros sentimientos y sensibilidad. Pasa todo lo contrario en la mujer, la cual por educación en muchas ocasiones el lado masculino está prácticamente anulado.

Este desequilibrio interior nos provoca una sensación de no completitud, de no sentirnos como un todo, de no sentirnos plenos, en definiva no nos deja desarrollarnos y ser nosotros mismos, ya que tanto hombres como mujeres somos los dos lados por igual.

Durante el proceso de coaching el cliente conoce, acepta e integra cada una de sus partes como paso esencial hacia su equilibrio interior.

David Gómez
Coach Personal
Madrid, 18 de enero de 2009

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