Un día navegando por el facebook, vi que tenía una solitud de amistad, era de “un coach”,  hacía tiempo que conocía el coaching, y me dije: “que bien, no está mal, lo voy a agregar por la información que pueda obtener, total yo esto no lo necesito”. “Jajá,  que te lo has creído tú “me dijo la vida en mi cara, a la semana ya le estaba mandando un email a David, para concertar la primera cita.

Gracias a David como al sistema de coaching en sí mismo, al fin he logrado tratar los problemas de inseguridad y falta de confianza en mí misma desde la raíz. Al fin he aprendido a tratarme como me merezco, con mucho respeto y sobre todo amor. Porque simplemente me lo merezco, a tratarme con complicidad y lograr al fin “OBSERVAR A LA QUE PIENSA”. Gracias al coaching, sé tratarme a mi misma como a una verdadera a amiga y a sacar el mayor partido de mis circunstancias cualquiera que ellas sean. A fin de cuentas la única compañía de viaje que voy a tener siempre soy yo…y si no estoy a gusto conmigo misma que es con quien voy a estar siempre…mal asunto entonces.

La mayor felicidad, es estar en paz con uno mismo, es la única forma de que la paz esté en todas partes.