El coaching llego a mi vida en un momento difícil. Tenia problemas de todo tipo; de trabajo, familiares y sociales. Todo funcionaba mal. Todo era negativo.

Yo ni siquiera había oído hablar de esta profesión. Me puse en manos de David y él me enseño que los problemas que yo sufría a diario, en distintas facetas de mi vida, estaban provocados por mi mismo y no por los demás ó por la sociedad. Estaban provocados por mis limitaciones, por mis miedos ó por mis inseguridades, y que en muchas ocasiones fueron absorbidas, aprendidas y asumidas, de la educación recibida de mis padres.

Aplicando las enseñanzas de David, se produjo el cambio. A partir de ese momento, todos los mecanismos se sincronizaban y giraban “sin chirridos”. Todo empezaba a ir bien. Todo era positivo.

Ahora depende de mí, el que mi vida se mantenga “bien engrasada”. Ahora sé que tengo a hacer y que “no tengo que hacer”. Por tanto de mi depende mi felicidad.

Gracias David.