Un cambio de dirección en tu vida, con el coaching, claro

A menudo te preguntas, cómo me vuelve a suceder esto, cómo vuelvo a cometer los mismos errores, o por qué atraigo determinadas circunstancias, nada buenas, o a personajes que te amargan la vida. Te asalta la inseguridad, el miedo y un sentimiento de culpabilidad al repetir conductas que nada conducen a la felicidad. Pues bien, el coaching, no es un instrumento mágico que te aporte de manera inmediata lo que no tienes, eso siempre depende de ti. Pero he aquí, su singularidad, el coaching te detiene ante tus miedos, tus inseguridades y te hace pensar, como si de un volantazo se tratara, en esos sentimientos, experiencias y  pensamientos que nos están boicoteando, nos limitan y nos atrapan en la repetición de conductas indeseadas. En mi caso, tras muchos años, he descubierto mi tendencia al autocastigo, basada en una marca familiar que me hacía de manera compulsiva tratar a toda costa de esforzarme en todo, en ser la número uno, en trabajar incansablemente, en no tener tiempo para mí. En convertir mi ocio en un tiempo de tortura porque no tenía ‘autorización’ para disfrutar de la vida.

Gracias al coaching personal, he redescubierto la vida, me siento feliz, disfruto con lo que hago, no me siento culpable (por no estar siempre ocupada) y me ocupo, más y mejor, de mi hija. Eso es el coaching para mí, el detenerte de repente delante de tu espejo, y comprenderte, y comprender, claro, cómo puedes cambiar, tanto de actos como de pensamientos, para conseguir tus metas, y, sobre todo, ser más feliz. Gracias, David.